CÓMO AFECTA A NUESTROS OJOS LA LUZ AZUL DE LAS PANTALLAS

El abuso de pantallas y especialmente de luces tecnológicas durante la noche puede destrozarnos la salud (y el sueño) si no tomamos precauciones. 

La luz que nos rodea es muy compleja y es tan importante conocerla mejor… Hay que ser conscientes de que nuestros ojos están expuestos a una variedad de rayos de luz que pueden tener diferentes efectos. Un buen ejemplo no muy positivo para nuestros ojos es la luz azul de las pantallas. 

¿Dónde está el problema con la luz azul? 

Echad un vistazo al gráfico que adjuntamos a continuación, en él se ve que la luz que penetra en nuestros ojos la podemos dividir en dos partes bien definidas: la luz visible y la no visible, en este segundo caso tenemos la franja ultravioleta (UV) y la infrarroja (IR).

En nuestra sociedad tenemos claro que la luz ultravioleta, que NO ULTRAVIOLENTA, puede ser perjudicial para el ser humano en determinadas circunstancias, actuando en nuestra piel y en nuestros ojos como partes sensibles. Afortunadamente hemos aprendido a protegernos de ella con gafas de sol y cremas especiales. 

Hay una franja dentro de la luz visible llamada luz azul de alta energía (HEV) que tiene el potencial para dañar nuestros ojos, siendo una de las posibles causas de la fotorretinitis. ¿Cómo y cuándo deberíamos protegernos de ella? 

No demonicemos a la luz azul 

Tampoco debemos verla como la mala de la película, la luz azul es necesaria para poder ver y nos sirve como medio para regular los ritmos biológicos del cuerpo: influye en la producción de vitaminas y en el equilibrio hormonal, también en la regulación del ciclo del sueño. 

Con la luz exterior nuestro cuerpo emite serotonina (felicidad) y cortisol (estrés), mientras que con la osucridad es la melatonina la que entra en acción para ayudarnos a descansar. 

La luz azul influye en este equilibrio y por lo tanto en nuestro bienestar psicológico. 

Los investigadores han demostrado que la luz visible de alta energía aumenta la agudeza mental, ayuda a la memoria y la función cognitiva. Incluso existen terapias de luz para las depresiones relacionadas con los cambios estacionales. 

La luz azul está en todas partes 

Como si los flares de J.J. Abrams se tratase, la luz azul siempre está a la vuelta de la esquina. 

Estamos expuestos a ella durante el día ya que la luz solar es la fuente principal de luz azul, pero también hay fuentes artificiales de este tipo de luz: lámparas LED, monitores, fluorescentes, pantallas de móviles, linternas azules, etc. 

La realidad es que la cantidad de luz azul que emiten los dispositivos es muy pequeña, sobre todo en comparación con el sol, pero pasamos tantas horas con ellos a una distancia cerca, que puede llegar a ser motivo de preocupación. 

Pero tampoco nos volvamos locos con la luz artificial: Según estudios de Zeiss pasar una hora en el exterior durante un día nublado expone a nuestros ojos a 20 veces más cantidad de luz azul que una hora frente a una pantalla, pero está feo hacerle mala publicidad al mundo exterior.

Problemas con la luz azul 

La realidad es que nuestros ojos son muy eficientes a la hora de bloquear rayos UV, pero no podemos decir lo mismo al vérselas con la luz azul: prácticamente toda esa luz del espectro visible pasa a través de la córnea y el cristalino, llegando a la retina. 

Una exposición excesiva a la luz azul puede incrementar el riesgo de degeneración mascular, que es el daño en la retina.

Pero también puede causar inflamaciones de la conjuntiva y la córnea, o daños en el cristalino (cataratas). 

En exteriores es importante llevar gafas de sol con una protección UV adecuada, pero también tenemos que protegernos ante la luz digital, que se ha demostrado que contribuye a la fatiga ocular. 

Demasiada luz azul -leer el móvil en la cama- en la noche pueden interrumpir nuestros ciclos, provocando insomnio y la correspondiente fatiga diaria. 

¿Cómo nos protegemos? 

Principalmente podemos hacer dos cosas: usar gafas especiales e instalar aplicaciones. 

La primera opción puede resultar útil para la reducción de la luz azul en ordenadores y dispositivos móviles. Podemos encontrar gafas que se venden sin prescripción, pero también con corrección. 

En todo caso lo que hay que hacer es preguntar al especialista de la visión para que nos asesore con cuál es la mejor opción para nuestros ojos y usos. 

En cuanto a aplicaciones, sí que podemos ir probando desde ya algunos desarrollos bastante recomendables. Hablamos de aplicaciones o configuradores del sistema operativo que normalmente se activan por la noche o en situaciones de poca luz. 

Transforman la temperatura de color del teléfono pasando a un tono más rojizo o amarillento. La sensación es que el tono es más cálido. 

  • Twiilight es posiblemente la app más conocida. Nos permite cambiar la temperatura de forma gradual para intentar ajustarlos de forma más personal, pero también funciona de forma automática, teniendo en cuenta las condiciones de luz de la estancia: usa el sensor de luz de nuestro teléfono. Es interesante la opción de usar Twilight solo con aplicaciones concretas, ya que nos puede interesar menos con una serie de Netflix, pero sí cuando leemos un texto. 
  • Filtro de luz azul y luz de noche es otra aplicación que nos ayuda a reducir la luz azul de nuestra pantalla azul. Es gratuíta, cuenta con un diseño muy simple, y en la parte negativa decir que tendremos que soportar anuncios. 
  • Blue Light Filter es la tercera opción que os proponemos probar, hace exactamente lo mismo que todas, filtrar la luz azul en dispositivos Android. Con una alarma, la aplicación puede encenderse por la noche y apagarse a la mañana a cualquier hora que queramos. 

 

Sabemos que el azul es un color muy bonito pero todo en la vida tiene un límite. Llevamos años buscando soluciones y ha llegado el momento de comenzar a tratar este problema propio de techies. 

 

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