Hoy, en reconocimiento a la salud como un derecho básico y universal, así como para fomentar el acceso a la atención sanitaria de calidad en todas las regiones del mundo, se celebra el Día Mundial de la Salud.
En la celebración de esta efeméride, anualmente se escoge un tema basado en las necesidades y sugerencias realizadas por los Estados miembros, tomando en cuenta las áreas de salud prioritarias.
Para el año 2022 el tema central es “Nuestro planeta, nuestra salud”. A través de esta campaña se invita a las personas a compartir información acerca de las medidas a adoptar para proteger nuestra salud y nuestro planeta.
No obstante, aspectos tales como la contaminación atmosférica, el saneamiento inadecuado, el agua contaminada y el impacto del cambio climático constituyen amenazas ambientales en la salud pública. Es por ello que se debe generar una respuesta efectiva con el apoyo de gobiernos y la sociedad.
Una historia detrás de una fecha
El mundo acababa de salir de la Segunda Guerra Mundial y las condiciones sanitarias se habían visto mermadas durante los años que duró el conflicto. Apostar por unas mejores condiciones que incrementasen la salud de quienes habían sufrido las consecuencias de la batalla así como de las generaciones futuras se convirtió en uno de los objetivos sociales.
A raíz de ello, en julio de 1946 se aprobó en Nueva York la constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque tardó un par de años en entrar en vigencia, la OMS ya estaba formada, y tal acontecimiento mereció una celebración a la altura. Así pues, el 22 de julio de 1949 se estableció un Día Mundial de la Salud que conmemorase el nacimiento de esta organización de la salud.
Pero la fecha no convenció a todos y el día pasó a celebrarse el 7 de abril. De esta forma, se buscaba conseguir una mayor participación de la sociedad en un día tan señalado, ya que en julio muchos trabajadores y estudiantes estarían de vacaciones y les sería más difícil recordar el acontecimiento.
El Big Data se consolida en la salud
Los datos forman parte del día a día de las personas y les persiguen allá donde van. La salud tampoco se libra de ellos, y puesto que el cuerpo humano es capaz de llegar a producir más de cien millones de gigabytes de información, ¿por qué no usar este gráfico de datos en beneficio de la salud?
La utilización del Big Data será clave para la organización interna de los sistemas nacionales de salud de los países que, al menos por el momento, no parecen darse mucha cuenta de ello. Y es que, según datos publicados por la OMS, solo el 17% de los países emplean el Big Data en el sector sanitario.
Un porcentaje dentro del cual no se encuentra España. Como revela un último estudio elaborado por la consultora IDC los proveedores sanitarios españoles están por debajo del ritmo del resto de Estados de la Unión Europea en lo que a inversión de Big Data se refiere. Según la misma consultora, el 40% de las empresas especializadas en el sector sanitario nunca ha invertido y tampoco divisa una inversión futura en Big Data.
Los avances más tecnológicos
La tecnología ya ha hecho su aparición en la salud y son muchos los avances y descubrimientos realizados en los últimos tiempos.
Entre ellos, destacan sistemas como OKRA, capaz de analizar todas las fuentes de información disponibles para descubrir qué pacientes no tienen una atención adecuada y conocer cuál será el mejor tratamiento para los mismos; un sensor portátil diseñado para ser trasladado en la garganta y realizar el seguimiento de la rehabilitación de los pacientes que hayan sufrido ictus; unas “tijeras moleculares” capaces de combatir el cáncer, o el uso de inteligencia para paliar la escasez de médicos, tal y como ocurre en China.